Por: Juan Carlos Rudolphi
Investigador del folclor chileno

Para comenzar este breve artículo, debo indicar que la Cueca es una danza, la cual fue declarada como tal el 18 de Septiembre de 1979, por lo tanto, “oficial y legalmente la Cueca es una danza”.
Este es el texto del Decreto Ley Nº 23:
DECRETO DE LEY: LA CUECA, DANZA NACIONAL DE CHILE
N°23, SANTIAGO, 18 DE SEPTIEMBRE DE 1979.-VISTOS Lo dispuesto en los decretos leyes N°s. 1 y 128, de 1973, y 527, de 1974, y considerando:
1°. Que la Cueca constituye en cuanto a música y danza la más genuina expresión del alma nacional.
2°. Que sus letras alberga la picardía propia del ingenio popular chileno, así como también acoge el entusiasmo y la melancolía.
3°. Que se ha identificado con el pueblo chileno desde los albores de la Independencia y celebrando con él sus gestas más gloriosas, y
4°. Que la multiplicidad de sentimientos que en ella se conjugan reflejan, no obstante la variedad de danzas, con mayor propiedad que ninguna otra el ser nacional en su expresión de auténtica unidad.
DECRETO:
Artículo 1°. Declárase a la CUECA, DANZA NACIONAL DE CHILE.-
Artículo 2°. El Estado fomentará, a través de los diversos organismos e instituciones del sector cultural, la enseñanza, divulgación, promoción e investigación de sus valores musicales y coreográficos. Corresponderá al Ministerio Secretaría General de Gobierno, a través de su SECRETARIA DE RELACIONES CULTURALES, VELAR POR EL CUMPLIMIENTO DE ESTA NORMA.
Artículo 3°. El Ministerio de Educación Pública organizará un Concurso Nacional de Cueca para alumnos de Enseñanza Básica y Media, cuya organización corresponderá a las respectivas Áreas de Cultura de las Secretarías Regionales Ministeriales.
Tómese razón, comuníquese y publíquese.- Augusto Pinochet Ugarte, General de Ejército, Presidente de la Republica.- Gonzalo Vial Correa, Ministro de Educación Pública.- Julio Fernández Atienza, General de Brigada, Ministro Secretario General de Gobierno.
Documento textual del decreto de ley donde se declara a La Cueca como danza Nacional, el 18 de Septiembre de 1979. Mientras el 6 de noviembre de ese mismo año fue inscrita como tal en los registros de la DIGEDER (Dirección General del Deporte).

Teniendo en cuenta entonces que es una danza y no un baile, podemos continuar con mostrar la diferencia entre ambas expresiones artísticas, lo que nos dará otras sorpresas.
La disimilitud más básica entre ambas expresiones, es que el baile se desarrolla de forma libre, sin obedecer a un orden en los pasos y sin reglas que deben respetarse en su expresión. En cambio la danza sigue pasos y un plan el cual debe ser ensayado bajo una métrica y supervisión de enseñanza.
Si continuamos investigando, podemos indicar que el baile incita al individuo que lo practica a expresar o comunicar algo de sí mismo que lo identifica o caracteriza. Este tipo de expresiones sacadas a mostrar a través del baile pueden ser su forma de vida, sus pensamientos, sus emociones, sus costumbres o solamente por la necesidad de diversión de cada individuo. La motivación de bailar de un individuo, de expresar con su cuerpo imágenes que logren ser percibidas por sí mismo y por los demás que lo rodean, es para comunicar por intermedio de esa imagen un concepto que al ser percibido por los demás, estos podrán ver alegría, tristeza, euforia, animosidad o cualquier otro sentimiento que se quiera expresar.
Ahora vamos a la danza. La definimos como una serie secuencial de movimientos expresados por el cuerpo, los que cuentan con patrones determinados por cada cultura a la que se refiere la danza, y estos son rítmicos y estéticos para quienes la presencian. Necesariamente la danza debe ser rítmica, obedeciendo a una organización de movimientos, que evoluciona de una motricidad espontánea la que se convierte en intencionada y controlada.
Howard Gardner, sicólogo e investigador, presenta a la danza como un elemento que dinamiza la vida en sus múltiples formas:
- Validar y reflejar la organización social.
- Sirve como vehículo para la expresión secular o religiosa.
- Como diversión social o actividad de Recreación.
- Como declaración de valores estéticos y éticos.
- Para lograr propósitos educacionales.
- Para poder conocer una cultura en particular.
Para no alargar más esta explicación de la diferencia entre ambas expresiones, solo debo indicar que la danza es impulsora de cambios, ya que el movimiento dancístico de cada sujeto en su individualidad es su expresión propia, la cual se coordina indefectiblemente con la individualidad que lo acompaña en la danza, es decir con el hombre o mujer que lo escolta en la expresión. Podemos decir con propiedad que la danza no es estática en el tiempo, sino que cambia permanentemente ajustándose a tiempo y espacio en donde se expresa como tal. Pero en sí misma, aún con los cambios que sufre por el ámbito que la rodea, no deja de ser creativa, expresiva, fluida, armónica, exigente y disciplinada, ya que su realización máxima de su expresividad está determinada por la precisión de sus movimientos, y es lo cual la diferencia y aleja del baile.
Tomando en consideración ambas definiciones, y por lo visto en muchos escenarios de campeonatos de Cueca, puedo decir que los movimientos expresados por estas parejas no obedecen a representar nuestra danza nacional ya que no se ajustan ni tampoco se respeta la precisión de movimientos, no mostrando una armonía en la expresión artística. Las parejas que realizan la muestra no presentan una creatividad expresiva que sea fluida y armónica, perdiendo la disciplina de los movimientos dancísticos que transforman la Cueca en lo que verdaderamente es, una danza.
El equivocar la creatividad que lleva la danza para actualizarse a los tiempos, se confunde con acrobacias personales que solamente perjudican el cuadro artístico. La creatividad personal y única que cada individuo inserta en su expresión dancística, debe, necesariamente, respetar la organización de los movimientos originales de la danza. Es posible observar en los ejecutantes el arrastrar las espuelas por el piso, pisar las mismas espuelas, saltar de forma desordenada y sin ningún sentido artístico, zapatear y zapatear sin seguir la armonía de la música, pasarse el pañuelo por entre las piernas demostrando escaso gusto artístico, ejecutar movimientos que solo logran opacar o disminuir la expresión artística de la mujer que lo acompaña, mover y aletear de forma excesiva los brazos sin dar a entender al espectador la causa o motivo de esos gestos, más otra serie de errores que se cometen quizás sin intención, pero los cuales solo desfiguran la originalidad de la Cueca como danza. Es labor de los profesores, jurados y de los mantenedores de las tradiciones quienes deben ir corrigiendo esta diversidad que solo desvirtúa una bella danza. Si bien la Cueca se ha adaptado a cada lugar donde llegó, siempre mantuvo su armonía, métrica y reglamento. Así fue en el salón aristócrata de los comienzos del siglo 19, así también lo fue en el pueblo minero y en la caleta de pescadores, también en el prostíbulo y en la cantina, en el cité y en la casa humilde, pero siempre enmarcada en el cuadro artístico primario.
Mantener las tradiciones no significa vivir siempre en el pasado, sino actualizar la historia, pero sin desvirtuarla.
