
Sentado en su sillón colonial favorito, encontramos a don Vicente al llegar a “La Tonada”, la casa del Maestro que se encuentra bautizada con este nombre tan tradicional y criollo. En un ambiente de música y campo, comenzamos a compartir con el maestro diferentes momentos de su vida y cómo no, recordar los años que ha compartido junto a nuestro Club.
El principal motivo de la visita organizada por integrantes del coro “Voces del Sur”, dirigido por Alejandro Bianchi, hijo del músico, era entregarle un recuerdo por los años en que muchos de quienes hoy cantan en ese grupo coral, se iniciaron en la música con don Vicente cuando eran adolescentes, siendo el Maestro y su señora esposa Hely quienes les inculcaron el amor y el respeto a la música, a la buena música.

Don Vicente nos decía que ya no recordaba cuántos años lleva compartiendo junto al Club, como Socio Honorario y participando junto a los diferentes coros formados por él en diferentes épocas, como lo fue el recordado “Coro Santa Marta”.
De igual forma nos comentó sobre su preocupación respecto de la situación del Club, en lo que se relaciona al terreno en el cual se ubica el recinto criollo, manifestando:”siento una gran pena al saber que las autoridades no se detengan a revisar y enterarse de la gran actividad folclórica que realiza el “Gil Letelier”. El estar bajo la constante amenaza de perder el terreno o ser sacados del lugar me causa una pena muy grande. Quizás se deba seguir realizando actividades que llamen a la comunidad y llenen el espacio folclórico musical que hace falta en Santiago.”
Como anfitrión, el maestro invitó a los asistentes a sentarse a su mesa, en donde compartimos una acogedora copa de vino, momento en el cual nos contó de su amistad con Pablo Neruda, y el gran trabajo que juntos realizaron en ensalzar a nuestros héroes patrios en cuecas y tonadas, las cuales desde su lanzamiento se volvieron muy populares, como lo son hasta hoy en día.
No podíamos dejar de consultarle por la histórica duda en relación a la “Tonada a Manuel Rodríguez”, en la cual los versos están escritos en octosílabas, lo que la convierten en una cueca. Respecto de esto, respondió: “Efectivamente la métrica de esos poemas corresponden a una cueca, de hecho Pablo Neruda los escribió para cueca y se titulaban “Cueca a Manuel Rodríguez”. Pero la obra completa relata la vida, pasión y muerte de Manuel Rodríguez; es tan intensa la letra que al momento de musicalizarla pensé en que el ritmo de cueca no le daría la majestuosidad y solemnidad musical que el poeta había puesto en cada verso. Por lo mismo le presento a Pablo esta inquietud mía, haciéndole un bosquejo de cómo quedaría en tonada. La respuesta del poeta fue tomar los originales en donde estaba la letra, tarja la palabra Cueca y de su puño y letra los renombra “Tonada a Manuel Rodríguez”

Entre conversación y conversación, los integrantes de “Voces del Sur animaban la reunión con tonadas, cuecas, cachimbos y valses. Así entre La Rosa Colorada, La Huillincana, La Joya del Pacífico y otros temas, el Maestro disfrutaba de la compañía de verdaderos amigos. “Hay momentos en que me siento solo y cansado, aún cuando tengo la invaluable compañía de mi hija”, manifestaba a los comensales que ahí estábamos, “pero el disfrutar de estos momentos hace que me alegre el alma y me olvide los deseos de juntarme ya con mi querida Hely. Hoy salgo muy poco, y las veces que lo hago es por invitación a algún reconocimiento que me hace alguna institución o municipalidad. Mi cuerpo está cansado, pero mi alma no se ha dado cuenta de eso.”

Al finalizar esta hermosa tertulia, don Vicente nos despidió con la canción himno de nuestro Club, el cual fue entonado por su hija Bernardita y por los integrantes de Voces del Sur. Escrita de Diego Barros Ortiz y musicalizada por el Maestro Bianchi, la tonada “Viene Cabalgando el Huaso” pasó a ser parte nuestra una vez se nos permitió utilizarla para que nos identificara y representara institucionalmente. Por su trascendencia y en homenaje a su autor y compositor, esta tonada será el himno que guíe al Club al hacer ingreso a la elipse del Parque O’Higgins en la Gran Parada Militar 2013.
