Conmemoración de la tragedia de Alpatacal en la Escuela Militar

Miércoles, 11 de Julio de 2012 19:45
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EL DIRECTORIO DEL CLUB “GIL LETELIER” FUE INVITADO A LA CEREMONIA REALIZADA EN EL INSTITUTO MILITAR CHILENO, QUIEN CONMEMORÓ LOS 85 AÑOS DE LA TRAGEDIA DE ALPATACAL, DONDE EN UN ACCIDENTE FERROVIARIO EN LA LOCALIDAD DE ALPATACAL, FALLECIERON 12 MILITARES CHILENOS.
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Junto al Comandante de Educación y Doctrina, General de División don Bosco Pesse Q. y al Director de la Escuela Militar, Coronel don Rodrigo Urrutia O., los integrantes del Directorio del Club Gil Letelier, Srs. José Muñoz, Roberto Fuentes, Héctor Gálvez, Rodolfo Morales y el Encargado de RR.PP. del Club, don Héctor Rodriguez.

El Brigadier Osvaldo Medina Moena; los Cadetes Guillermo Perry Fonseca y Oscar Martini Pérez; los Sargentos Primeros Eudoro Garín Pino, Luis Navarrete Larenas, Cipriano Collao Collao; el Sargento Segundo Nicolás Montes Collao; el Cabo Primero Manuel Zamora Riveros; el Dragoneante José Quintana Novoa; y los Soldados Juan González González, Juan Pérez Seguel y Luis Gajardo Rosas, fueron los 12 mártires que fallecieron el 7 de Julio de 1927 en el accidente ferroviario ocurrido en la pequeña estación Alpatacal, en el choque frontal de 2 convoyes, uno de los cuales transportaba a la delegación de la Escuela Militar, invitada a las solemnes ceremonias en Buenos Aires del Día de la Independencia y de conmemoración del centenario de Bartolomé Mitre. Posteriormente, un año después del accidente, fallece, producto de las heridas de las cuales nunca pudo recuperarse, el Cadete Luis Fighen.

El gobierno chileno del Presidente Emiliano Figueroa Larraín había recibido la invitación de su par argentino Marcelo Torcuato de Alvear para que la Escuela Militar del Libertador Bernardo O'Higgins desfilara el 9 de julio de 1927 junto a las Escuelas Militares de Uruguay, Paraguay y Brasil, que también habían sido invitadas.

Cuando el Presidente de la República, le manifestó al Ministro del Interior Coronel Carlos Ibáñez del Campo, sus aprensiones para aceptar la invitación, porque las grandes nevadas de la cordillera podrían entorpecer el viaje de los muchachos, éste le contestó: "Si fuera necesario, que atraviesen la cordillera a pie; para eso son soldados."

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"En memoria del accidente de Altapacal, los cadetes, orgullo de dos naciones hermanas, sellan con un fuerte apretón de manos, frente al Cristo Redentor,  la inquebrantable amistad de Chile y Argentina.” Postal chilena de 1927

  •    La Tragedia

Después de un cálido recibimiento en Mendoza, en el Regimiento de Infantería N° 16, la delegación chilena prosiguió su viaje a Buenos Aires, pero en la Estación Alpatacal, por la que pasaba a gran velocidad arrastrado por dos locomotoras, en la madrugada del 7 de julio, el convoy que transportaba a los cadetes chocó de frente con otro que esperaba para partir, descarrilando ambos trenes. Los vagones se tumbaron y se aplastaron, luego se desató un incendio en el momento que los cadetes viajaban durmiendo, trágicamente fallecieron 12 y quedaron heridos 31, de los cuales 10 eran graves y 21 leves. Cuando fueron a extraer de los fierros retorcidos y maderas astilladas al Coronel Barceló, Director de la Escuela Militar, dijo: "Salven primero a mis cadetes". No obstante, los demás trataron de sacar a sus compañeros de las llamas, oyéndose los gritos de algunos al morir sin poder hacer nada para librarlos de los fierros retorcidos, así como también se veía en la helada noche cordillerana un espectáculo dantesco, mientras los caballos de los oficiales lanzaban estrepitosos chirridos antes de morir quemados. Los sargentos a cargos del ganado perdieron algunos soldados que viajaban cuidando el ganado y no pudieron tampoco ser rescatados.

Respecto de los que resultaron sanos y salvos, honroso resulta recordar que el Ministro de Guerra, General Bartolomé Blanche, el mismo día 8 de Julio, aclaró que por decisión del General Ibáñez -que entretanto había resultado elegido como Presidente de la República en la elecciones del 22 de mayo- el viaje proseguiría, porque "la continuación del viaje de una compañía a Buenos Aires obedece al cumplimiento del deber que la Escuela contrajo al aceptar el gobierno la invitación del gobierno de Argentina; y este deber, grato en toda circunstancia, no puede dejar de cumplirse, cualesquiera que sean los obstáculos que la delegación encuentre, por obra de la dolorosa casualidad." Agregando a lo anterior mediante telégrafo, el Presidente Ibañez ordenó: "Los ilesos a Buenos Aires, los graves a Mendoza y el resto a Los Andes"

Y así fue como prosiguieron a Buenos Aires una pequeña compañía formada por 120 cadetes con 5 oficiales, llevando consigo estandarte y banda de pitos y tambores solamente, porque la banda instrumental había resultado destruida. Esa ha sido la única vez que la Escuela Militar ha desfilado sin casco prusiano y sin guerrera azul.

El diario "Crítica" de la capital transandina informó como sigue:

"Bajo una lluvia de flores, el heroico resto de la brillante falange de soldados enviada por Chile, desfiló esta tarde por nuestras calles. El pueblo los hizo objeto de una manifestación jamás vista en Buenos Aires.Se les aplaudía y vitoreaba sin cesar."

El Capitán del Ejército Argentino, Roque Lanusen Mendoza, despidió a los caídos diciendo:
"Prometamos, como el mejor homenaje a la memoria de los caídos, que por ser chilenos y ser soldados eran nuestros hermanos, mantener siempre vivo el recuerdo del heroísmo con que supieron afrontar la muerte, heroísmo nada raro en ellos, precisamente por que eran soldados y eran chilenos"
Mientras la prensa de Bs. As.decia:

"llevad a vuestras madres las lágrimas de las nuestras, que sintieron en sus entrañas el dolor de la catástrofe, por que los muertos son también hijos de América, sangre y nervios de una misma raza, palpitaciones del gran corazón americano".

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La delegación del Club, en el Aula Magna de la Escuela Militar, momentos antes de comenzar la ceremonia.
  •    La ceremonia

En el Aula Magna del instituto, se exhibió el documental de Daniel Pacheco, “Caballos en llamas”. El proyecto nació en el año 2004, como una forma de recordar este accidente y de preservar este acontecimiento, en el marco de la unidad de los pueblos argentino y chileno. “El mejor homenaje es no olvidar”, se destaca en el documental.

El subalférez mayor Cristian Rubilar G., Primera Antigüedad de la Escuela Militar, se dirigió a los presentes, destacando que “este acontecimiento nos recuerda el valor del liderazgo. La medalla “Alpatacal” simboliza la capacidad de superar las adversidades, estimulando a través de la distinción. Es un honor para quienes reciban la condecoración, un orgullo para sus padres y distinción para sus establecimientos educacionales”.

En la jornada, se premió a tres alumnos de la Escuela, quienes mantienen distinciones en sus estudios. Este año, también fueron reconocidos jóvenes estudiantes de establecimientos educacionales, que se destacaron entre sus pares por su espíritu de servicio, cooperación, cumplimiento del deber y condiciones de liderazgo, encarnando los valores que se entregan en sus colegios a través del proyecto educativo.

Los establecimientos educacionales cuyos alumnos fueron premiados son los siguientes: Apoquindo femenino y masculino, Mariano de Schoenstatt, San Pedro de Nolasco, Cumbres masculino, Calasanz, Compañía de María Seminario, Verbo Divino, Verbo Divino de Chicureo, La Maisonnette, Instituto Presidente Errázuriz, Wenlock School, Grange School, Newland School, Mayflower School, María Inmaculada, Nuestra Señora del Rosario, San Agustín, Tantauco, San Nicolás de Myra, Compañía de María Apoquindo, Huelén, Eleuterio Ramírez Molina, Salesianos de Alameda, Monte Tabor y Nazaret, Liceo Nº 1 Javiera Carrera, Liceo Carmela Carvajal de Prat, Instituto Santa María y el Instituto Alonso de Ercilla.

Al finalizar la ceremonia, la Banda Instrumental de la Escuela interpretó la obertura de la tragedia de Alpatacal, compuesta por el Suboficial Mayor Santiago Meckler y dirigida por el capitán Gonzalo Astudillo. Posterior a ello, el Círculo de Bailes realizó una presentación con bailes típicos de Argentina y Chile.

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El Círculo de Bailes de la Escuela Militar, integrado por Cadetes del Alcázar, interpretando el Tango y nuestra Danza Nacional, la Cueca.

Luego de finalizar la ceremonia de conmemoración de la Tragedia de Alpatacal, los asistentes fueron invitados a compartir en el Hall de Acceso, en donde se disfrutó un grato momento de camaradería.

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La delegación del Club comparte junto a oficiales chilenos y argentinos, una vez finalizada la ceremonia.

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