Mañana lluviosa en Santiago, al igual que el año pasado, pero igual los socios del Club Gil Letelier llegaron el sábado 15 de agosto hasta la Catedral Metropolitana de Santiago para recordar a Ricardo Gil Letelier Velasco y a todos aquellos socios que partieron hacia la gran medialuna celestial.
Y alguien comentó, viendo como la lluvia era dueña de la capital, que hasta el cielo lloró por la partida de tantos huasos.
Le ceremonia tuvo la emotividad y brillantez de siempre, y más de un corazón se apretó cuando José Saa fue leyendo los nombres de quienes ya no están físicamente entre sus pares, ya no recorren cada rincón del complejo deportivo del Club, no ocupan un lugar en la tribuna, o no corren un torito para despuntar el vicio.
Luego, esquivando la lluvia copiosa, a volver al Club para disfrutar de un grato almuerzo de camaradería, dejando en cada mesa un puesto imaginario para el amigo que ya no está, pero que de arriba protege a estos huasos capitalinos.
El casino del Club se llena de conversaciones, de anécdotas, de recuerdos salpicados de lágrimas furtivas, pero hay tiempo y cariño para recibir a invitados especiales, los concejales de la Municipalidad de Santiago, Pedro García y Bruno Baranda, y el diputado y huaso por añadidura, Alberto Cardemil.
El día va transcurriendo y en un momento determinado, el animador oficial, Esmildo Pastén, anuncia la presencia de los más pequeñitos de la Rama Folclórica del Club, que con un Cuadro de bailes nortinos engalanan este encuentro, cosechando unánimes aplausos de todos los socios presentes y de los invitados.
- Savia nueva
Y luego, haciendo patente aquel concepto de que la vida tiene que continuar, llega el momento más trascendente de la jornada: la incorporación de tres nuevos socios, hijos de tres socios, cuyo orgullo de padre no les cabe en el pecho.
Un emocionado Manuel Celis les toma el juramento a los niños Diego Joaquín Peña Carreño, Germán Javier Muñoz Vilches y Francisco Javier Saavedra Parra, luego de lo cual firman el Libro de Socios y posteriormente reciben el banderín oficial del Club y la Espuela de Oro que los ratifica como socios. Así, savia nueva se incorpora al Club, garantizando su permanencia por muchos años, para continuar siendo el Faro de la Cultura Huasa en medio del cemento de la gran urbe.
Y luego, todo el mundo a la pista, para sacarle brillo a las baldosas con esas cuecas de punta y taco y otros ritmos, que van tonificando la tarde, semblanteando la camaradería que parece alojar permanentemente en este centro de nuestra cultura huasa.
- Doble motivo de recordación
Don Alfonso Tapia Menares, como presidente del Club Gil Letelier, encabezó la tradicional ceremonia en la Catedral y presidió el posterior almuerzo de camaradería.
Refiriéndose a esta cita anual, expresó: "Este día se vivió con mucha emoción, igual que siempre. Hay que acordarse también que un 15 de agosto del año 1935 murió don Ricardo Gil Letelier Velasco; así que es doble motivo de recordación para nosotros los huasos. La ida de todos nuestros socios y también de don Ricardo Gil Letelier; así que mucha emoción. Esto se renueva año a año y está hablando del espíritu corporativo que tiene el Club, que es lo importante".
- Deuda pagada
Y el parlamentario Alberto Cardemil Herrera, hijo del inmortal Ramón Cardemil Moraga, fue uno de los invitados a este almuerzo de camaradería, acerca de lo cual señaló: "Hacía mucho tiempo que estaba en deuda con el Club Gil Letelier como diputado por Santiago. No había podido por una u otra razón asistir a sus festividades, a sus ceremonias, y sólo había gozado poder correr algunos rodeos en el Club, así que esto lo estaba debiendo".
Y añadió: "Afortunadamente ahora se dio la oportunidad; estábamos con el concejal Bruno Baranda en algunas cosas políticas, nos arrancamos aquí a cumplir un compromiso y a honrar una deuda. Porque el Club Gil Letelier es una organización de primera categoría en Santiago; hace una labor insustituible en preservar, fomentar y proyectar nuestras tradiciones chilenas; es un modelo de organización. Estamos ahora con Bruno y con la Directiva en la idea de poderle dar una inyección de actividad nueva, en el sentido que pueda venirse para acá el Museo del Huaso y tener aquí en forma permanente, a disposición de los turistas nacionales y extranjeros, un Museo del Huaso en forma, porque en el parque O´Higgins está languideciendo".
Sostuvo que hay una serie de cosas que hacer y que esperaba con el Alcalde Pablo Zalaquett, con los concejales, especialmente con Bruno Baranda, "que ha sido un pilar, poder ayudar a que el Club Gil Letelier siga cumpliendo esta tarea de chilenidad, que la hace tan bien y en forma tan magnífica en Santiago".