Efectivamente, en una sencilla y emotiva Misa celebrada íntimamente, esta vez, en la Capilla del Sagrado Corazón de Jesús de la Base Naval en Santiago y no en la Catedral Metropolitana como era costumbre, debido a las circunstancias por todos conocidas a raíz de la emergencia sanitaria que vive el país. El oficio religioso fue presidido por el capellán naval Padre Jaime Gonzalez y contó con la presencia del Presidente Amador Hernández Baeza, del secretario Esmildo Pastén Torres, del tesorero Mario Lizana Alarcón y el socio Juan Segovia, encargado de la transmisión telemática y formato video para que los socios pudieran seguir el desarrollo de la Misa.
Al comenzar, el presidente hizo llegar un saludo a todos los socios que se reproduce a continuación:
Estimados Consocios, familiares y amigos
Un saludo afectuoso para cada uno de ustedes en el espíritu que hoy nos convoca, el recuerdo de los que nos presidieron en el tiempo y fueron parte de esta gran Institución del Club Gil Letelier.
Lo hacemos de una manera extraordinaria en medio de la Emergencia Sanitaria que estamos viviendo y que debemos adaptarnos ante las restricciones que buscan nuestro bienestar y salud.
Agradecemos la acogida de nuestro amigo el padre Jaime González, capellán de la Armada de Chile, y por su intermedio, nuestros agradecimientos al comandante de la Estación Naval en Santiago Capitán de Navío Daniel Coca, que nos recibe en su casa para celebrar la Eucaristía en recuerdo de nuestros socios que ya no están.
Les invito a renovar, en este día importante para nuestra Corporación, el Espíritu de nuestros Huasos que marcaron el rumbo de nuestra institución y que recordamos con cariño.
Todos tenemos la responsabilidad de mantener vivo el sentir de los Huasos que hoy recordamos, para mantener vivo el verdadero espíritu que nos alienta ser del Gil Letelier.
Paraluego continuar con la Misa misma en un ambiente de profunda emotividad con el canto, las lecturas bíblicas, la homilía del padre, la evocación de los socios fallecidos, la procesión de las ofrendas, frutas, verduras y el pan masado. Luego de la bendición final, se hizo una oración en el contexto de la pandemia que estamos viviendo, y que también compartimos aquí para dar paso finalmente al responso por las almas de nuestros socios fallecidos, concluyendo con la Oración del Huaso y el canto a María.
ORACION EN TIEMPOS DE PANDEMIA
Padre Dios
Eterno y Misericordioso
en estos días de oscuridad que vive la Humanidad,
Nuestra América Morena y nuestra Patria amada.
A ti Padre,
en el silencio del corazón, elevamos nuestra oración
En tus manos nuestra vida,
cuida nuestros pasos, nuestros días y nuestras noches,
protege a nuestras familias y a quienes amamos.
Acompaña y fortalece a nuestros hermanos enfermos
y abraza con tu amor infinito al que muere
en la soledad de tus brazos.
En ti Padre Dios
encomendamos la voluntad de quienes trabajan día y noche
cuidando y velando por la salud de nuestro pueblo,
Hombres y Mujeres
lejos de sus familias,
de los hijos, de los abrazos y el calor del hogar.
Bendícelos con la fuerza de tu amor
en la misericordia y la compasión del que sufre.
Padre Dios
nuestra oración por los que lloran la partida de los que ya no están y que no han podido despedir.
Extiende tu mano del consuelo,
en la promesa de volverlos a reunir en la eterna vida de tu amor.
Así sea.